LOS JUEGOS Y LOS PERROS

Una de las principales funciones del juego es la de proporcionar aprendizaje significativo (normas sociales, aprender a controlar tu cuerpo, …), pero también cumple otras funciones como son mejorar vínculos, limar diferencias, facilitar la sociabilización, fortalecer grupos sociales, cubrir necesidades, proporcionar bienestar emocional, ... 


El aprendizaje a través del juego:

 

En cada una de las primeras etapas de la viva del perro, podemos apreciar claramente diferentes tipos de juegos. Cada uno de estos, les permiten aprender cosas fundamentales para completar el proceso de maduración y llegar a ser un perro adulto equilibrado. Para llegar a estos aprendizajes, de en principio el entorno, los Juegos y los compañeros deben ser los adecuados (estilo y entornos de vida y de juegos calmados y tranquilos, así como compañeros equilibrados y juegos controlados en su justa medida). 

  • Apartir de la tercera semana de vida.
Los cachorros empiezan a ser más activos y a través del juego, redescubren a sus hermanos y exploran la madriguera (entendiendo madriguera como el entorno natural o artificial donde viven desde su nacimiento). 
  • A partir del segundo mes.
Prácticamente ya desde el mes y poco, y más evidente según nos acercamos a los 2 meses, los cachorros empiezan a salir de la madriguera y comienzan a explorar el entorno de esta. Esta exploración se realiza a través de un juego basado en el mordisqueo. 
Mordisquean todo lo que les llama la atención de forma que aprenden sobre cada objeto olfateándolo, mordiéndolo e incluso rompiéndolo. Al mismo tiempo juegan con los hermanos y la madre, mordisqueándose unos a otros. 
Durante esta etapa, el perro tiene que tener un entorno tranquilo y al igual que en el punto anterior puedan tener pequeños momento de juegos, seguidos de largos descansos. El entorno tendrá muchas cosas que explorar, oler y morder (si no hay suficientes objetos, podemos ir dejando palos, hojas, piedras, zapatos, cartones, plumas, …, alrededor del lugar tranquilo y seguro que hace de madriguera, y estos objetos los vamos cambiando periódicamente). 
Hasta aquí como vemos los humanos estaremos en un segundo plano, por eso no ofreceremos juegos con los objetos, sino que los dejaremos por el suelo para que los encuentren. 
Estos juegos van a permitir al perro alcanzar varios objetivos:
    • Cubrir la necesidad que tienen de aprender sobre los objetos rompiéndolos o mordiéndolos. Si le permitimos cubrir esta necesidad, de adulto no necesitaran ir rompiendo cosas. 
    • Conocer el entorno cercano de manera tranquila consiguiendo sentirse seguro porque conocen y se familiarizan con muchos olores, sabores, texturas, ruidos, formas, etc.
    • Van ya aprendiendo a controlar la boca y la mordida, tanto a objetos como a seres vivos y a no hacer daño por descontrol
    • En esos primeros juegos se enseñan entre ellos y con ayuda de la madre a tener en cuenta al otro, parando e intentando jugar sin hacerse daño (esto es fundamental para aprender autocontrol, empatía, control de la frustración, ...).
  • A partir del tercer mes. 

 
El perro básicamente sigue jugando del mismo modo, sólo que va ampliando las exploraciones a zonas ya más alejadas de la madriguera (probablemente ya no la necesite ni la use, por lo que podremos ir sustituyéndola por camas), tendrá ya menos necesidad de morder objetos, y ya va controlando mucho mejor la mordida (los hermanos irán teniendo pequeños juegos de persecución para quitarse objetos que son la antesala del siguiente tipo de juego). 
  • A partir de los 4 meses 
En esta etapa de la vida empiezan a orientarse a jugar con otros perros de manera bruta y brusca.
Pasarán primero por una etapa en la que se notará muy bien esa orientación hacia los perros, y aunque al principio de la etapa se sentirán inseguros, poco a poco lo irán superando (hay que dejarlos ir a su ritmo) e irán jugando ya de manera brusca.
Estos juegos son muy importantes para ellos por lo que debemos dejarles jugar casi a diario y las características de este juego será:

 
  •  Lo ideal será que jueguen con perros de similar edad y características para que no se hagan daño. Aunque podemos encontrar buenos compañeros de juego de diferente edad o características. A través de la observación podremos darnos cuenta si es el perro adecuado o no.
  • Si el juego es muy intenso y dura sin patadas más de 3 o 4 minutos debemos pararlo.
Lo mejor es que lo pare un perro adulto y equilibrado, que podría acercarse jugar unos segundos y luego desviar la atención de los cachorros hacia algo como un olor y así conseguir que se calmen.  
Si no hay un perro que cumpla esa función nosotros pararemos el juego. Lo haremos intentando hacerlo de la manera menos invasiva posible, pero a la vez que sea efectiva -podemos desviar la atención de los cachorros con comida, si no funciona los podemos separar físicamente interponiéndonos o separar con la correa, etc-
Estas paradas son muy importantes ya que evitan la sobreexcitación y además permite al perro ir aprendiendo a autocalmarse. 
  • El juego será equilibrado, con cambio de roles, unas veces uno será la presa y otras el otro, unas veces uno estará arriba y otras abajo, etc. 
A la vez que juega con otros perros, también necesitará interactuar con el entorno, de tal forma que si el lugar elegido para los juegos es el adecuado, el entorno permitirá otros tipos de juegos, como subirse a piedras, pasar por debajo de palos, saltar, esconderse, etc. y así los perros alternarán unos juegos con otros y las paradas en los juegos bruscos se producirán fácilmente. 
Si el lugar de juegos con otros perros no tiene estas condiciones (por otro lado es lo habitual en entornos urbanos), podemos, de vez en cuando, ir a un entorno natural y permitir al perro salirse de los caminos e ir campo a través
También es una buena opción en esta etapa plantear circuitos de propiocepción

 

Con estos juegos, que llamaremos de propiocepción (juegos con otros perros y con el entorno), los perros consiguen:

  • Aprender normas sociales.
  • Mejorar la sociabilización. 
  • Perfeccionar la comunicación canina.
  • Aprender a controlar completamente sus cuerpos 
Estos aprendizajes les permiten superar con éxitos momentos como la presentación (donde se deben quedar quietos mientras se huelen), o momentos de tensión con otro perro en el que se tienen que mover lentos, o quedarse parados o incluso ser capaz de quedarse debajo de otro perro si es necesario. 
Todas estas situaciones y muchas otras, necesitan de un gran control del cuerpo en momentos de gran tensión y si no pasan bien estos juegos les costará superarlos. 
Si no superan bien esta etapa de juegos, los juegos pueden evolucionar a carreras intensas y pueden quedarse enganchados a ellas y seguir así durante años (esto no es sano, ni natural).
 

  • A partir de los 9 meses

Ya los perros empiezan a sentir un interés fuerte por los olores, por lo que podemos plantear con cierta facilidad juegos calmados de olfato. 
Durante los paseos y en los momentos de juegos con otros perros se notará un cambio para adaptarse a este nuevo interés por conocer el mundo, y al otro a través de los olores.  
Ya no será tan habitual el juego brusco y habrá evolucionado a más carreras y menos contacto físico, aunque poco a poco irán siendo menos habituales, menos intensos y menos largos y preferirán interactuar con el entorno y con otros perros a través del olfato y de manera más calmada. 




  •  A partir de los 13 meses

Notaremos un cambio que a partir de los 18 meses puede empezar a ser muy evidente y es que ya no le gustará demasiado esos juegos bruscos o los de carrera e incluso puede que no les guste que se produzcan a su alrededor y puede que lo demuestre intentando pararlos e incluso riñendo a los perros que juegan así.
partir de los 30 meses, los perros ya se preocupan menos por esos juegos de su alrededor y aunque ya difícilmente participen sí los empiezan a consentirlos
 


Posibles problemas del juego. 

El hecho de que el juego sea divertido, no implica que sea sano, ni beneficioso.

Por esto hay que tener cuidado a la hora de elegir algunos juegos o formas de jugar, ya que pueden hacer empeorar la calidad de vida del perro afectando al estrés, al comportamiento e incluso produciendo molestias y hasta dolor físico.

Para asegurarnos de que el juego y la forma de jugar sean correctos, comprobaremos los siguientes puntos:

  • Compañeros adecuados. Estaremos atentos para que los niveles de fuerza e intensidad sean parecidos. Habrá cambios de roles (una vez la presa será uno y al momento el otro, etc).  "Será interesante  aprender sobre comunicación canina para detectar las señales de incomodidad durante el juego".

  •  La sobreexcitaciónEl nivel de excitación durante el juego no debe ser tan alto que al perro le cueste calmarse. 
  • La exigencia del juego. Los niveles muy alto de exigencia durante el juego pueden provocar problemas:

    • Exigencia física. El juego debe cubrir la necesidad física de nuestros perros, pero nunca usar el juego para cansar al perro. La sobreexigencia física conlleva problemas como:

      • El cerebro priorizará las emociones a la cognición, por lo que pueden aumentarse las reacciones de miedo o agresividad. 

      • Provocará estrés y además la sobreexcitación del punto anterior.

      • Dolor o molestias físicas que pueden desencadenar comportamientos inadecuados. 

    • Exigencia por dificultad. Juegos que requieran una dificultad excesiva pueden provocar frustración que nos llevará al estrés no  adecuado. 

  • Juegos repetitivos. 

    • Los juegos repetitivos pueden provocar aburrimiento y una falta de interés por el juego. 

    • Molestias físicas. Juegos intensos repetitivos, como tirar de una cuerda, o saltos, o perseguir algo,  etc, pueden ocasionar molestias físicas y estas llevar como hemos dicho antes a conductas no adecuadas.

  • No confundir el juego con el trabajo. Es común esta confusión ya que se suele usar el juego para ayudar con el adiestramiento. Pero tenemos que tener claro que eso no es juego y que debemos proporcionar al perro un juego adecuado a su etapa y sin esa exigencia
No vamos a hacer una lista de juegos malos y buenos ya que con cualquier juego podemos hacerlo bien o mal, no obstante hay un juego muy usado que tiene todos los problemas que hemos mencionado y es el lanzamiento de objetos. 
 

En resumen:

  1. Debemos proponer juegos adecuados a la edad y etapa en la que se encuentre nuestro perro y que además sean adecuados al perro en concreto (no a todos les gustan los mismos juegos y además los gustos varían en el tiempo).
  1. Cuidaremos que el juego no tenga los problemas mencionados.
  1. Y por último intentaremos que el juego ayude a cubrir necesidades del perro: 

    • Necesidad social y afectiva, principalmente la humana y la canina.

    • Necesidad de exploración y estimulación mental y sensorial (olfato, vista, tacto, …).

    • Necesidades físicas. Algo de ejercicio y cubrir un poco los instintos.




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Todas las imágenes corresponden a perros en adopción. 

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